3er Retiro en la Sede: Hna. Mariela
El cuarto martes de octubre tuvimos el tercer retiro en nuestra Sede, esta vez estuvo a cargo de la Hna. Mariela González. El tema fue «La presencia de Dios en el mundo».
Dios no es una energía inmanente, no lo identificamos con el universo, no es algo sino Alguien que tiene una capacidad eterna e infinita de amar. Nos crea con esa capacidad. Nosotros nos hacemos plenos en la medida en que podemos desarrollar ese amor pleno.
De allí la importancia de que los niños experimenten el amor de sus padres desde su concepción.
El Evangelista San Juan dice Dios es Amor, cuida, protege a sus hijos con cariño y afecto, sin sombras, sin dudar. Su Providencia ha creado un Plan de Amor que realiza en el tiempo. Él conduce pero no anula la libertad humana. Es un gran misterio, los hombres podemos rechazar ese Plan. Para Dios es muy importante que la respuesta a su Amor sea una respuesta de amor libre.
Es difícil discernir lo que Dios quiere de mí, busco en lo más profundo…
La respuesta tiene que nacer de lo más íntimo de nuestra conciencia. Es importante que busquemos lo que Dios quiere hasta que lo sepamos. Si no acertamos, Dios igual nos conduce. Puede haber un error objetivo sin ser subjetivo cuando buscamos cumplir la voluntad de Dios.
Tratar de escuchar qué es lo que Dios puede querer y saltar a sus brazos paternales. Si nuestras intenciones son sinceras, auténticas, Dios las acepta.
Nos cuesta ser audaces, a veces nos vence el miedo, pero Dios nos dice: “Aunque no me veas, Yo estoy”, “Animate”, “Largate” cuando sentimos que Dios nos puede pedir algo y nos aferramos a las seguridades que creemos tener.
Dios nunca abandona a sus hijos. No siempre el Plan es como lo imaginamos. Pero por la Fe Práctica en la Divina Providencia creemos en ese Plan de Dios que es un Plan de Amor. Es una Fe práctica y una Fe activa. No me quedo esperando, salgo a buscar el Plan de Dios, trato de encontrarlo en mi realidad.
Ley de las causas segundas
La Creación es una manifestación del Amor de Dios, Él espera que vayamos a su encuentro a través de la naturaleza, en la belleza, en las personas, en las creaciones del hombre, en las cosas que nos rodean. Todo es un regalo para que seamos felices.
Los acontecimientos que nos tocan el corazón son pequeños destellos de Luz de Dios. Me hacen reaccionar porque hay una presencia de Dios que se nos está manifestando. No buscamos signos mágicos. Lo buscamos en la vida de todos los días.
Dios nos conduce y quiere que realicemos su Plan. Le pedimos: “ayudame a realizar tu Proyecto, sola no puedo. Necesito que endereces mi camino”
Buscamos permanentemente los signos del Amor de Dios. Cada noche me pregunto: ¿qué regalos de amor me hizo hoy? Atesoramos esos acontecimientos. Gustamos y posgustamos esos regalos como si fueran un caramelo, saboreamos lo que hemos vivido.
El P. Kentenich decía que somos el hombre film, estamos bombardeados por muchas impresiones, por eso es necesario detenernos y meditar, anotar, ver cuáles son los regalos de Dios, volver a leerlos cuando estamos en momentos difíciles me ayuda a tomar conciencia que soy una hija predilecta de Dios. Dios me ama en forma especialísima.
Somos hijos sencillos y felices, convencidos del Amor de Dios, disfrutamos de los regalos de Dios.
La Providencia espera una respuesta, podemos imaginarnos un papá o una mamá que juega con su hijo pequeño. Dios juega con nosotros de esa manera, alimenta un vínculo espontáneo de amor. Lo importante es seguir el juego para experimentar su amor en nuestra vida.
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