Mensaje

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Misa de Cierre de la Campaña

El viernes 6 de diciembre celebramos la Misa de cierre de año de la Campaña de la Virgen Peregrina de Schoenstatt en la Iglesia Ntra. Sra. de Lourdes y San Vicente Pallotti.

Fue presidida por el Padre Fabián Silvera. Dimos gracias por tantas bendiciones recibidas este año y algunas Misioneras coronaron sus imágenes.

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Al finalizar Mirta dirigió unas palabras en ocasión de los 35 años de la Campaña en Uruguay.

Néstor y Juan hicieron un agradecimiento especial a la Mater por todo lo logrado en el 2019:

Llegamos al cierre de actividades de la Campaña, año muy lleno de metas cumplidas.

Tuvimos desde el comienzo los Talleres mensuales de aprendizaje y profundización sobre nuestro Movimiento. Para ello contamos con la colaboración de varios integrantes de la Familia

Llegamos al cierre de actividades de la Campaña, año muy lleno de metas cumplidas.

Tuvimos desde el comienzo los Talleres mensuales de aprendizaje y profundización sobre nuestro Movimiento.

Para ello contamos con la colaboración de varios integrantes de la Familia como: Flor Ortigoza, Luis Arocha, Rosario de Armas, Hna. Mariela, Gabriela Balparda, Juan Antonio, Elena y Dani Pagani. Los nombro para agradecerles a cada uno de ellos por su SÍ inmediato ante nuestra propuesta.

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En el mes de abril fuimos invitados a participar a la Jornada Nacional de Representantes de la Campaña del Rosario en Nuevo Schoenstatt, Florencio Varela, Argentina, a la cual acudimos sin pensarlo. Allí tuvimos el honor de que nos invitaran para el año próximo junto a Paraguay para colaborar con la organización de la Jornada en que se van a festejar los 70 años de la Campaña.

En mayo Peregrinación mediante, fuimos a la casa de nuestra Madre, al Santuario, donde se llevaron a cabo las primeras coronaciones del año, se coronaron más de 70 Peregrinas. Un éxito, la Mater feliz!!!

Setiembre: mes de Cruzada a María, la Campaña dijo presente de la mano de Juan Antonio.

Octubre: mes muy esperado por todos. Festejos en nuestro Primer Santuario Filial de los 105 años de aquella primera Alianza de Amor que sellaron con la Santísima Virgen nuestro Padre Fundador José Kentenich y sus estudiantes.

Jornada muy bendecida ya que tuvimos la visita de Humberto Pozzobon, hijo de Don Joao.

Quien se fue muy agradecido por haber conocido la Familia de Schoenstatt de Uruguay, por toda la atención y el cariño que le brindamos, que sólo fue una retribución por el amor, atención y cariño con el que nos reciben cada vez que visitamos Santa María.

Gracias también a Tito Cánepa y Gaby Boffano por haber colaborado en esta instancia.

Llegó noviembre: peregrinamos nuevamente al Santuario, tuvimos Talleres a cargo de la Hermana Mariela y nuevas coronaciones.

Cada 18 rezamos el Santo Rosario, renovando nuestra Alianza con la Mater.

Agradecemos a todo el misionado que responde a nuestra invitación cada vez que hacemos actividades, bingos y por su colaboración económica ya que nos permite seguir caminando y colaborar con los gastos de la nueva Sede y con lo que la Familia así lo requiera.

Culminamos el año con más coronaciones, esta vez en Salto y Paysandú.

Un gracias GIGANTE a las coordinadoras de la Campaña por su apoyo y colaboración constante.

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REFLEXIÓN A LOS 35 AÑOS DE VIDA DE LA CAMPAÑA EN URUGUAY

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Quienes asumimos la responsabilidad de mantener viva la misión de la Campaña, de acuerdo con el espíritu del Padre Kentenich y de su discípulo don Joao Pozzobon, creemos que es hora de hacer un giro de timón y de dar paso a fuerzas jóvenes, con ansias de renovación, con compromiso y dedicación.

Nosotras –Raquelita, Rayito, Marysa, Roxana, Mirta, Rosario– haciendo un balance y viendo la realidad del país, de la Iglesia y de la Campaña, estamos convencidas de la decisión tomada.

Desde 1985 hasta hoy caminamos por todo el país dando lo mejor por la Mater, por el Santuario Filial, por la Familia.

Hemos alimentado el anhelo del Santuario en Montevideo, el Retablo lo está esperando.

Este año ha sido muy fructífero, siendo un momento culmen la visita de don Humberto Pozzobon.

Mucho es lo que hemos logrado, mucho es también lo que falta por hacer.

Cuando don Joao conoció al Padre Esteban, explorador de mundos e incansable viajero, le dijo que ya era hora que la Campaña viajara en un avión ágil y grande, un jet moderno. Coincidimos totalmente.

Seguiremos acompañando, colaborando siempre.

Siempre a disposición de la Mater.

Mucho hemos rezado y rezaremos por la Familia de Schoenstatt.

Mucho tenemos por agradecer. Misioneras y misioneros que ya están en la casa del Padre han hecho posible que llegásemos hasta acá.

Muchas gracias a todos los que nos han ayudado a crecer en nuestra autoeducación. Seguiremos trabajando en ella. Seguiremos aportando nuestro empeño en trabajar para el reino de Dios, para gloria de nuestra Madre y honrando la memoria del Padre Fundador y de su Siervo de Dios, “el burrito de la Mater”.

Que podamos decir como don Joao: “Yo encontré la alegría en el sacrificio”.

Con Cristo su Hijo,

Nos bendiga la Virgen María.

Montevideo, diciembre de 2019

peregrinas Santu

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Carta del Padre Eduardo Aguirre

Saludo y Mensaje a quienes rezan y ofrecen por el proceso de beatificación del P. Kentenich

Me alegro de poder enviaros este breve mensaje desde nuestra tierra santa de Schoenstatt.

Os agradezco mucho vuestras oraciones, esfuerzos e iniciativas para apoyar e impulsar el proceso de beatificación de nuestro Padre y fundador. Estas Iniciativas son muy importantes para que su causa pueda avanzar y representan también para mí un gran apoyo y estímulo en mi tarea como Postulador.

Lamentablemente, desde un punto de vista más técnico, en estos momentos la causa avanza muy lentamente y aún no se ha podido realizar la sesión de clausura en la diócesis de Tréveris, para que toda la investigación y documentación referente al proceso de nuestro Padre y fundador pueda ser enviada a Roma y dar inicio la fase definitiva del proceso. Aún hay un par de preguntas abiertas.

Como sabéis, la causa de nuestro Padre es muy grande y de vasto alcance. El P. Kentenich tuvo una vida larga y azarosa, no exenta de dificultades y controversias. Se trata de una personalidad profética, fundadora de una obra mundial enorme y con diversas comunidades, que quiere aportar a la Iglesia una espiritualidad y pedagogía de la fe innovadoras, para dar respuesta a los desafíos de nuestro tiempo.

Su beatificación no sólo está ligada localmente a la diócesis de Tréveris, sino que tiene un amplio significado internacional para toda la Iglesia. Sí, creemos que Dios le ha confiado a nuestro Padre un carisma –una gracia especial que conlleva una misión–para ofrecer un camino de santidad para el cristiano actual. Este carisma fue puesto a prueba por parte de la Iglesia por más de 14 años. Lo que era novedoso e innovador en su fundación y pedagogía fue en parte cuestionado por la Iglesia. Esta es una de las razones por las cuales ha habido que estudiar y aclarar a fondo muchos aspectos durante su proceso de beatificación. No se trata de una causa de fácil y rápida resolución.

Además, lo importante en el proceso del P. Kentenich no es que sea reconocido sólo como un santo individual, como una persona muy virtuosa y de vida cristiana ejemplar. Lo que verdaderamente interesa, es que la Iglesia reconozca, valore y asuma a nuestro Padre como una figura profética, portador de un carisma de renovación para la Iglesia del nuevo milenio.

Por lo tanto, me parece que debemos tener una mirada providencialista en relación a la marcha del proceso de nuestro Padre. Éste no depende sólo de un buen manejo técnico y diplomático, para avanzar lo más rápido posible. Al parecer, el Padre-Dios nos está dando tiempo, para que nosotros, los seguidores y discípulos del P. Kentenich, nos identifiquemos más con su misión y mostremos a la Iglesia con nuestra vida, con nuestro compromiso y con nuestras obras, que el carisma que Dios le confió a Schoenstatt a través de su fundador, es fecundo, es fuente de renovación y de santificación para el Pueblo de Dios en el tiempo actual. Como hijos y herederos espirituales del P. Kentenich, tenemos una gran responsabilidad. Todo fundador depende de discípulos que asuman su carisma y avancen por el camino que él inició, para que éste sea fecundo en la vida de la Iglesia. Ésta debe reconocer en nosotros, sus seguidores, la santidad de nuestro Padre y la validez de su carisma. Su carisma es nuestra misión.

Por ello, todas vuestras oraciones para pedir que se realicen milagros por su intercesión y vuestros esfuerzos por difundir la persona y el mensaje del P. Kentenich, para hacerlo más conocido, tienen mucho valor y es un importante aporte a su causa de su beatificación. Es bueno también tener presente que hay varios procesos de beatificación de discípulos e hijos espirituales del P. Kentenich que ya van avanzando en Roma: de la Hna. M. Emilie, de José Engling, de Mario Hiriart, de Don João Pozzobom y recientemente, la causa del P. Reinisch. El P. Karl Leisner ya ha sido beatificado y sólo necesita la comprobación de un milagro por su intercesión para ser canonizado. Esperamos que todos estos schoenstattianos ejemplares, cuyos procesos van adelantados, ayuden a iluminar la figura profética y santa de nuestro Padre y fundador, a quién ellos siguieron fielmente en su camino de Alianza y santidad, y preparen la llegada de su causa en Roma.

Una vez más, muchas gracias por vuestro compromiso con el proceso del Padre. Unidos en la oración y en la alianza con él, encomendamos muy especialmente su causa a nuestra Madre y Reina de Schoenstatt.

Schoenstatt, 10.09.2019

Eduardo Aguirre -Postulador

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Misa con la Familia de Schoenstatt el 31 de Mayo de 2019 celebrada por el P. Valentín Goldie.

Celebramos el 31 de mayo como Familia en la Basílica de Ntra. Sra. del Carmen de Montevideo junto a la comunidad parroquial. Renovamos nuestra Alianza y una Misionera recibió una nueva imagen de la Virgen Peregrina.

El P. Valentín Goldie fue el Celebrante y nos regaló esta hermosa Homilía:

Muchos de nosotros tenemos familiares fuera de nuestra ciudad, incluso fuera de nuestro país. Hemos visto nacer hermanos afuera. Crecemos en tiempos de alta conectividad y entonces podemos sostener un vínculo a distancia, aunque ciertamente nada podrá cambiar el contacto cara a cara. Todos tenemos experiencias de reencuentro, de que por algún motivo nos volvemos a ver. ¡Qué lindo que es juntarse a tomar unas cervezas juntos o a tomar un café! Es como que el vínculo se fortalece, como cuando uno le agrega unos tronquitos nuevos a un fuego que por pequeñito se está de a poco apagando. Yo mismo vivía algo así cuando estaba estudiando en Roma y volvía a Montevideo, el reencuentro con mucha gente, entre otros algunos de ustedes. Así podemos pensar que era la relación entre María e Isabel, una relación de cariño a distancia y con encuentros puntuales que ayudan a mantener el vínculo.

2Hoy la Iglesia celebra la fiesta de la visitación, un encuentro entre las dos, y seguramente tendría muchos elementos como siempre. El volverse a encontrar, ponerse al día, avivar un vínculo. Pero este encuentro es diferente. María e Isabel se miraron a los ojos con ojos diferentes. Ambas habían tenido la experiencia de un encuentro especial con Dios, que las invitaba a ser parte de su plan de salvación. María ya no era simplemente María, e Isabel ya no era simplemente Isabel. En ambas residía una presencia de lo sobrenatural muy especial, los ojos simples no lo pueden captar, pero verdaderamente cada una era para la otra signo de la presencia de Dios. La experiencia de una confirmaba la experiencia de la otra. Fíjense que María acababa de recibir el anuncio del ángel y el mismo ángel le dijo lo de Isabel… ver a Isabel embarazada era la confirmación del anuncio del ángel, ver a María y lo que generó en Isabel hizo que a Isabel le cuadrara todo. Dios había hecho algo en cada una de ellas, y cuando se juntaron se genera un vínculo especial, un vínculo en que el otro es signo de la presencia de Dios.

1Un día como hoy en Santiago de Chile, el padre Kentenich  termina una carta que había escrito en Sudamérica. Parte de esa carta fue escrita en nuestro Uruguay. Al terminar esa carta pronuncia una homilía, en la que nos asigna a toda la familia la gran misión que tenemos: «Desenmascarar y sanar radicalmente el germen de la enfermedad que aqueja el alma occidental: el pensar mecanicista». Para ello hay que vivir de manera opuesta a ello, que denominamos «pensar, amar y sentir orgánicamente». ¿Qué es el pensar orgánico? Lo de María e Isabel… es la capacidad de ver en el otro la presencia de Dios, cuando uno ve en el otro la presencia de Dios se genera un vínculo de comunión súper estrecho. Este pensar orgánico, fruto de la Alianza de Amor, estos vínculos que intentamos vivir en el Movimiento, es muchas veces incomprendido por quien sin saberlo está enfermo de mecanicismo. Esta enfermedad genera la incapacidad de ver en el otro trascendencia, no me hace presente una presencia sobrenatural y por lo tanto no es posible un vínculo como el de María e Isabel. El resultado es que el otro deja de convertirse en alguien sin el cual me es denegado una parte del acceso a Dios para convertirse en alguien que puedo sacar y poner… el otro se despersonaliza. Es este vivir orgánico del movimiento que el visitador apostólico cuestiona… no la doctrina, no las canciones. Ese vínculo que tiene el padre con las hermanas, no está bien… ¡corríjalo!

3Este hombre no entendía que el padre para la familia, era el signo de la presencia de Dios y la familia para el Padre también. En el fondo no entiende que hay vínculos humanos totalmente inundados por lo divino. La mentalidad mecanicista convierte la relación entre un sacerdote y su obispo en una relación de empleado-jefe, convierte el matrimonio en un acuerdo entre partes donde no entra lo sobrenatural. Convierte a nuestros vínculos en funcionales. Y por lo tanto es el germen de la destrucción de la Iglesia y de la familia. Un ejemplo precioso de mentalidad orgánica lo vi en un matrimonio que celebraba su aniversario de bodas, renovaron sus promesas arrodillados el uno ante el otro… ¡eso es mentalidad orgánica! Me arrodillo ante la persona con quien hice alianza porque esa alianza visibiliza la alianza divina. Nos miramos a los ojos como María e Isabel. Ahora en un minuto de silencio quiero invitarlos a pensar en personas significativas para nosotros… pensemos ¿qué me muestra el otro de Dios?

Hoy hace 70 años el padre renovaba su alianza de amor, invitaba a la familia a renovarla con él. Y ante esta misión que le propone a su familia él decía que la renovación de la alianza era como un intercambio de impotencias… lo que nosotros le ofrecemos a María es nuestro desvalimiento total, decía el padre: «Queremos intercambiar con la Santísima Virgen todo nuestro desvalimiento, nuestra buena voluntad y ella nos da su buena voluntad. Le damos nuestra fidelidad y ella nos da su fidelidad», por eso hoy decimos: «Oh Señora mía…»

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