Trigo limpio
¿Por qué? ¿Para qué? ¿Vale la pena? ¿Realmente están ayudando?
Entre las personas que nos encontramos en el recorrido, Sócrates dio sentido a su nombre y nos hizo estas preguntas que nos sacaron de eje.
Cuesta entenderlo… algunos nos miran con cara rara y otros hasta critican lo que hacemos. Sin embargo, por más difícil que parezca la pregunta, es tan pero tan fácil de explicar. La razón es simplemente una: por más pequeño que sea eso que hagamos, mientras que sea algo, es suficiente.
El plato de comida es ese motivo que esconde la gran maravilla por detrás: el querer ir al encuentro con quien quiera y lo necesite; el escuchar a ese que necesita ser escuchado; el buscar un poco de empatía; el tomarse un tiempo para olvidarse de uno mismo y simplemente dar a los demás.
Te cuento un poco de las personas que nos recibieron este miércoles…
Damián; un hombre transparente y sencillo. Trabajador, valiente y tranquilo. No parece que de su boca saldrá alguna vez alguna queja. Es amigo hace unos buenos años ya que forma parte del recorrido de Trigo desde sus orígenes, y por eso tuvimos la suerte de poder ponernos al día y mirar fotos pasadas.
César, un hombre que lleva su carrito junto con su buena energía y disposición. Pudimos compartir un rato y, quien sabe cómo, el tema de conversación derivó en conejos y mascotas.
Francisco, aún no lo conocíamos, pero nos regaló su tiempo y se sentó a charlar con nosotros. Hablamos un poco de su vida, su historia, y aquello que lo había marcado. No tiene pelos en la lengua y es fanático de lo dulce.
Sócrates, quien nos cuestionó en medio del recorrido y nos dejó helados; pero a su vez, quien logró darle un sentido a todo.
Miguel, callado pero presente. Nos acompañó un buen rato y se sentó con nosotros a compartir.
Matías, el último del recorrido: gracioso, sensible y agradecido. Nos nombró a un capitán del grupo y propuso ideas para los miércoles. Está por sacar la cédula para intentar salir de su situación. Nos recordó aquello que nos mueve a salir los miércoles agradeciéndonos y contándonos lo valioso que era para él.
Y con eso, fue más que suficiente. Entonces, ¿por qué? ¿para qué? Somos un grupo de gente que cree que hay personas que merecen una oportunidad y un lugar en este mundo, y mientras que podamos dedicar tan solo un rato de nuestro tiempo para caminar hacia eso, queremos hacerlo. Dejar de lado los prejuicios y contextos, para ser todos simplemente humanos.
Paz Colominas