Ignis Volver
23 de febrero 2022
“Ignis Christi”: el fuego de Cristo.
Un espacio de oración, unión y adoración. Oración con María; un momento en el que decidimos dedicarlo solamente a charlar con Ella, poder hacer una pausa y reflexionar acerca de nuestro tan enloquecido día a día. Unión entre nosotros, como Movimiento y especialmente como Juventud, porque nada es más fuerte que una relación donde Dios está presente, y finalmente, Adoración. Adoración a Él, nuestro Dios, que nos deja contemplarlo cara a cara y poder experimentar su grandeza en todo momento.
Para mí el Ignis es uno de esos lugares que, sin importar el momento ni lugar, reflota ese sentimiento que tenemos cuando estamos en el Santuario, ese cobijamiento tan propio de él, es como si nos transportáramos instantáneamente a Colonia, a ese lugar de cercanía pura con la Mater.
Pero no sólo lo hacemos por ese cobijamiento que recibimos, ni por ese encuentro (por más silencioso y oculto que sea) con el otro que está a nuestro lado, lo hacemos porque lo necesitamos. Es de estos Ignis que sacamos las fuerzas para intentar ser un fiel reflejo de María en nuestro día a día.
Y es ahí, en esa preparación del corazón, en esa recarga de fuerzas, que aflora otra de las gracias del Santuario, el del Envío apostólico. Porque ese intento de ser fiel reflejo de María no puede ser sólo puertas adentro, se tiene que poder compartir y transmitir. Ese fuego que sentimos, esa alegría que tenemos de poder estar en comunión con Él se debe de propagar, porque sino corre el riesgo de apagarse.
Si cuando nos pasa algo bueno, algo que nos hace felices, nos morimos de ganas de compartirlo con nuestros seres queridos, cómo entonces no vamos a compartir el regalo de amor más grande de todos, eso que nos llena de alegría y felicidad, cómo no vamos a compartir nuestra fe.
Paz – Juventud Femenina
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