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Carta de la Hna. Mariela a la Familia

Carta de la Hna. Mariela a la Familia

Querida Familia:

Estamos viviendo este mes de octubre, mes de Alianza, mes de Fundación. Y queremos vivirlo como un tiempo de gracias, sumergiéndonos en la gracia de la fundación que se renueva cada año.

El Padre fundador dijo en 1966, en su primer 18 de octubre después del Exilio:

“Si todos nos hemos enterado ya de que cada día de alianza es un día de gracias especial, entonces lo podemos decir, afirmar y creer con convicción del día de hoy; podemos suponer que hoy ­puedo utilizar esta imagen: nadamos en gracias de fundación.”

Por lo tanto, es cuestión de tomar conciencia de este tiempo de gracias, para avivar en nosotros la fuerza de los fundadores, el entusiasmo de los fundadores y lanzarnos a contagiar a muchas personas con los ideales de Schoenstatt.

Nuestra Familia es pequeña y tiene una misión gigantesca. Necesitamos conquistar muchos corazones que estén dispuestos a entregar sus vidas para llevar adelante la renovación de su propia realidad y de los ambientes donde debemos actuar. El país entero es nuestro campo a conquistar y renovar para que lo impregnen los verdaderos valores cristianos. Si nosotros no actuamos, otros serán los que impriman “sus valores” o antivalores.

Nos damos cuenta que una tarea tan gigantesca sólo pueden llevarla adelante, personas que previvan lo que quieren anunciar; que se entreguen con total radicalismo y alegría por esos ideales y valores.

Providencialmente en la fiesta de nuestro Santuario, el 16/10, serán colocadas y bendecidas 2 cruces negras junto a la piedra de José Engling. Las cruces negras son un símbolo de aquellos que están dispuestos a entregar la vida por la misión. En el tiempo de fundación, los Congregantes tuvieron que ir a la guerra. Y fueron con el entusiasmo de darlo todo por la misión, como aportes al Capital de gracias, para que la Mater se estableciera en la Capillita y la convirtiera en un Tabor, donde manifestara su gloria y regalara muchas gracias. Varios de ellos le ofrecieron su vida a la Mater por esta finalidad y murieron en la guerra: José Engling, Max Brunner, Hans Wormer. Los restos de estos últimos, están enterrados detrás del Santuario original. Los restos de José Engling no se encontraron.

En todos los Santuarios se prepara un lugar que exprese ese simbolismo; se pone la piedra de José Engling y cruces negras. Este año se colocarán junto al Santuario. Pero no sólo queremos poner las cruces, sino tomar del fuego de los primeros para llevarlo a “nuestro campo de batalla”.

El Padre decía en 1966:

“El florecimiento de un reino depende de la fidelidad a las fuerzas fundamentales que lo forjaron en sus comienzos. La existencia de nuestra Familia se la debemos a las contribuciones al Capital de Gracias de la Madre tres veces Admirable. Por esta razón debemos mantenerlas inconmoviblemente en todo tiempo, y, sobre todo, cuando debemos afrontar la prueba de fuego. Con las contribuciones al Capital de Gracias surge o decae la Familia y su fecundidad.”

Que este 18 de octubre abramos el corazón para que la Mater deposite en él esa llama que nos encienda y nos disponga a darlo todo por la misión, para que nuestra Familia crezca en número y en profundidad para realizar la misión.

¡FELIZ DÍA DE ALIANZA!

 

 

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