Carta de la Hna Mariela a la Familia
Los acontecimientos que estamos viviendo y presenciando en nuestros países hermanos de América Latina, el proceso electoral en nuestro país; las acciones vandálicas contra las instituciones e iglesias en Chile… no pueden dejarnos indiferentes. Es un tiempo que no podemos mirarlo cómodamente sentados en un sillón.
Nuestro Padre interpretaba este tipo de acontecimientos y afirmaba que un mundo viejo está en llamas, un mundo nuevo ha de surgir de las cenizas. Nosotros estamos llamados a construir ese mundo nuevo que debe surgir.
Como hijos de Schoenstatt podemos escuchar las palabras del acta de fundación, como dirigidas a nosotros hoy “Según el plan de la Divina Providencia, debe ser la gran guerra europea, un medio extraordinariamente provechoso para Uds. en la obra de su propia santificación.” 18/10/14
Este es el llamado. Este es el desafío. Pero el Padre veía con claridad, que es la Mater quien nos ha elegido para construir ese mundo nuevo.
Nosotros necesitamos el Santuario como fuente de gracias. Necesitamos el Santuario para que la Mater en él, pueda formarnos como instrumentos suyos en esta tarea de construcción de un nuevo orden social.
En este tiempo que he hecho varios viajes a Argentina, viví acontecimientos que me llevaron a reflexionar sobre nuestra Familia de Montevideo.
Una diócesis recibió la aprobación para construir su Santuario. Otra diócesis presentó a la Presidencia de Schoenstatt en Argentina, la solicitud para construir su Santuario y fue bien recibido y en la próxima reunión, tratarán ese tema para definir si aprueban ese proyecto. Otra diócesis aún no tiene el terreno para construir el Santuario. Están todos en la búsqueda. Cuando estuve con ellos, tenían 7 terrenos (con medidas, ubicación y costo) para que en una próxima reunión puedan decidir cuál de ellos compran.
Mi pregunta fue y es: ¿Cómo estamos nosotros frente a la búsqueda del terreno para construir nuestro Santuario? ¿No estamos paralizados? Será que el haber recibido la Sede nos hizo quedar “tranquilos y contentos” con eso y ya no vemos la urgencia por el Santuario? ¿Dónde encontramos la fuente de fuerzas para vivir y anunciar nuestro carisma? Por supuesto, tenemos el Santuario de Nueva Helvecia. Pero reflexionemos cada uno: cuántas veces en el año visito a nuestra Madre en el Santuario?
Muchas preguntas frente a muchos desafíos. Los invito a enviar respuestas, aunque sean anónimas, al grupo “Santu de Mdeo en camino” o a los coordinadores diocesanos para que se publiquen y podamos ver todos dónde estamos parados.
Les envío un gran saludo y rezo por esta misión que está en nuestras manos.
Hna. Mariela
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