Cuatro Madres sellaron su Alianza de Amor
El 18 de enero el Grupo de Madres ‘Luces de la Alianza’ de Montevideo selló su Alianza de Amor con la Mater en el Santuario de Nueva Helvecia.
“Llegó el día tan esperado, el día de la Alianza de Amor, un día muy especial, un día de encuentro con nuestra Mater. Pero por qué un día especial? Porque en este día nos encontramos con Ella; para hacer una alianza, la Alianza de Amor.
Ella me eligió; Ella me llamó para caminar juntas, para obrar juntas. Es un encuentro de corazones y almas. A través de esta Alianza asumo un compromiso con nuestra Mater; el de dar amor y a través de ese amor traer gente junto a su hijo Jesús para poder seguir en su camino y palabra. Gente que se quedó en el medio del camino y otros que no están en él. En el mundo en que vivimos cada vez más precisamos estar en el camino de Dios.
También por medio de esta Alianza le entrego mi vida, corazón, alma, alegrías, tristezas, las pequeñeces del día a día y la vida de mis seres queridos. Personalmente fue una de las mejores cosas que he hecho en mi vida con conciencia. En Ella confío ciegamente, es mi Madre la Madre que Jesús nos dio.
Yo preciso de Ella y Ella me quiere para ser un instrumento en sus manos, para llegar al corazón de los otros. Ella quiere dar sus gracias y obrar milagros en todos nosotros. Le pido a nuestra Mater que me ilumine para poder ser y hacer lo que realmente Ella espera de mí y que nunca deje de cubrirme con su manto. Gracias Mater por permitirme estar a tu lado.”
Betty
“Querida Madre mía
Qué momento tan especial al sellar la Alianza de Amor contigo, mucha emoción, alegría, entusiasmo y compromiso.
Es el inicio de un largo caminar por delante, junto a Ti y a tu hijo Jesús.
El intercambio de corazones, intereses y bienes que hicimos con la Mater lo sellamos en el Santuario.
Allí experimenté el amor incondicional y las gracias que Ella derrama allí: de cobijamiento, transformación interior y envío apostólico. Eso lo vivo cada vez que voy al Santuario pero este 18 fue más fuerte el llamado a ser hombre nuevo formando una nueva comunidad.
Gracias Mater por tanto amor y habernos dado al Padre Kentenich, a quien formaste para ser nuestro Padre, el Padre de la gran Familia de Schoenstatt y por llamarme a formar parte de ella, tratando de ser una pequeña María.
Te necesitamos Mater en este caminar, bendícenos y protégenos. Amén”
Cate
“Hoy me reencontré con la oración que escribí para mi Alianza con la Sma. Virgen, con nuestra Mater, y en lugar de contar mi experiencia preferí compartir parte de mi ruego:
Madre, tú sabes de mis cansancios, de mis roturas. Tú sabes bien lo que necesito, has recorrido mis sueños, cimentado mi vida. Tú ves lo que soy y lo que puedo llegar a ser. Ayúdame para que reluzca el Tesoro que Dios ha depositado en mi alma. Ayúdame a ser fiel a las inspiraciones del Espíritu Santo, con mente clara, corazón cálido, sentir alegre y voluntad firme. Amén”
Mónica
“Mi acercamiento al Movimiento de Schoenstatt se dio a través de una integrante de la Juventud Femenina, amiga de mis hijos, que hicieron la Alianza hace unos diez años. Siempre me sorprendió cómo ellos continuaron con sus compañeros del grupo de Schoenstatt un vínculo muy especial, cómo se involucraban en diferentes actividades, y cómo visitaban con frecuencia el Santuario. Hace como tres años o más, Elena me invitó a un retiro de mujeres que me encantó. Los conceptos compartidos me parecieron muy sólidos y a la vez de una profunda espiritualidad, con una concepción moderna de la mujer en la Iglesia, contrariamente a lo que imaginaba. Volví al año siguiente a otro retiro, y allí conocí a Marcela, que estaba formando un nuevo Grupo de Madres. Iniciamos un proceso de aproximadamente dos años junto con tres madres más, y las cuatro nos fuimos conociendo y creciendo en vivencias comunes bajo la vocacional y amorosa guía de Marcela, quien nos formó en la pedagogía de Schoenstatt. El segundo año fue en pandemia, con reuniones virtuales. No fue lo mismo que aquellos encuentros más intimistas, donde llegamos a abrir nuestro corazón, pero logramos aprender a ver en todo la voluntad de Dios, a confiar en la Divina Providencia, y a sentirnos fortalecidas por el cobijamiento de la Mater. Aún no sé cuáles son los planes de Dios para mi vida en este tiempo que siento como de «espera», pero, desde la Alianza, sé que la Mater me iluminará en el discernimiento del camino. Espero poder actuar siempre siguiendo su ejemplo, y autoeducándome para ser como Ella, tratando con su ayuda y la de mis compañeras de grupo, de ir superando todos mis defectos, apoyándonos unas a otras. No me siento capacitada para tantas cosas, pero hemos aprendido que Dios no elige a los capacitados sino que capacita a los elegidos, así que confío poder cumplir con amor mi misión en el lugar en el que estoy ahora, y donde me toque actuar en el futuro.”
Sandra
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