Mensaje de la Hna Mariela
HOERDE 1919 – 2019
Estamos celebrando los 100 años de un acontecimiento de gran importancia para nuestra Familia de Schoenstatt.
Cuando estalló la primera guerra mundial, también los jóvenes seminaristas de Schoenstatt fueron llamados al combate.
Ellos fueron con todo el heroísmo juvenil, no sólo a luchar por su patria, sino también a llevar su experiencia de la fundación del Santuario con la Alianza de amor, y la misión de renovación religiosa y moral del mundo.
En la guerra se mantuvieron en contacto con Schoenstatt y entre ellos. El P. Kentenich los acompañó y sostuvo en medio de sus dificultades, por medio de cartas y para ese fin creó la revista MTA a fin de trasmitirles estímulos para superar las pruebas que les traía la vida de soldados.
Estos jóvenes seminaristas entraron en contacto con muchos otros jóvenes a quienes les trasmitían sus ideales y la gran misión que la Mater y el P. Kentenich habían puesto en sus manos. Con esto, lograron entusiasmar a muchos para su misión.
Terminada la guerra, los seminaristas regresaron al Seminario y los demás se preguntaban cómo podían seguir en ese espíritu y misión que los había encendido.
En contacto con el P. Kentenich decidieron fundar una agrupación que les permitiera seguir formándose y llevando a la realidad que ahora vivían, la misión que habían visualizado.
El 20 de agosto de 1919 realizaron una jornada para ver los caminos y la forma en que iban a seguir adelante.
Ese día fundan la Federación apostólica de Schoenstatt.
El espíritu que dio origen a la Congregación Mariana del Seminario y luego al 18 de octubre de 1914, salía del marco de los Pallottinos, para hacerse un Movimiento laical.
Nos encontramos con un plan previsto por Dios para Schoenstatt. Dar vida a un Movimiento laical que asumiera la misión que la Mater quiere realizar desde el Santuario y la llevara al mundo. La renovación religiosa y moral del mundo, no se realiza sólo desde una comunidad sacerdotal, sino que necesita laicos que, insertos en el mundo, lo llenen de vida auténtica de Dios por medio de María.
Por esta Jornada, de 1919, Schoenstatt entró en la realidad de la Iglesia como Movimiento, como organización propia. La Alianza de Amor, el 18 de octubre de 1914, fue y siempre será la fuente y el marco a partir del cual se desarrolló toda la Obra de Schoenstatt. Por lo tanto, Hoerde es un desarrollo de ese 18 de octubre, es el punto en que Schoenstatt se consolida como Movimiento en la realidad de la Iglesia.
Podemos comparar el desarrollo del Movimiento de Schoenstatt con un árbol: en Hoerde está la raíz de donde Dios, después, abriría las puertas a las otras comunidades. El Padre y Fundador habla sobre este principio con mucha propiedad: Dios abre puertas. De allí salieron ramas diferenciadas y todas las comunidades que surgieron tienen ese mismo proyecto de vida de santidad, se unen, vamos a decir así, por esa savia que viene desde Hoerde.
Hoerde tiene valor y tiene relación con todo el Movimiento de Schoenstatt, no sólo con las Federaciones. Desde el principio y hasta ahora, según las características propias de cada comunidad o rama, todos se adhirieron al programa de santificación y apostolado confirmado en Hoerde. Debemos ser conscientes de que Hoerde no fue un evento para «programar el futuro», un proyecto estratégico, como se conoce en las empresas. Se trata de un reconocimiento de la conducción de la Divina Providencia y una respuesta de personas que entendieron el llamado a la misión que Dios fue revelando.
Comments are closed, but trackbacks and pingbacks are open.