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Terruño de María en Montevideo

Terruño de María en Montevideo

Al recibir la noticia que debíamos dejar la sede de Av. de las Américas, el Cardenal nos ofreció ocupar un edificio contiguo a la Basílica del Carmen de la Aguada.

Cuando nos mudamos lo único que habíamos hecho fue trasladar las cosas que teníamos en la sede de Av. de las Américas y reubicarlas allí.

Después de un tiempo de reflexión con la participación de la Familia, le pusimos nombre: Terruño de María.

Con el paso del tiempo vimos que a nuestra casa le hacía falta un par de elementos básicos para su funcionamiento: muebles para la cocina, cosas para el baño, mejorar la iluminación para hacerlo más acogedor, entre otros.

Por otro lado, hace no mucho se detectó un problema de humedad importantísimo que afectaba tanto el edificio como a los vecinos el cual había que resolver lo antes posible. También sufrimos una serie de hurtos los cuales implicaron reparación de las roturas provocadas.

Sumado a lo anterior, vimos la necesidad de mejorar la presión del agua con una bomba y además creemos necesario que hace falta una mano de pintura a nuestra casa.

Las finanzas del Movimiento hoy en día se encuentran en una situación desfavorable ya que los gastos mensuales son mayores al ingreso de aportes que se obtienen, situación en la que se está trabajando para revertir. Fue por ello que para financiar los gastos mencionados anteriormente hicimos un llamado a colaboración donde tuvimos un gran aporte de la Rama de Madres y también organizamos una rifa con varios premios donde se recaudó una suma importantísima de dinero.

Hace no mucho, a los gastos mensuales  se nos incorporó el aporte a la Parroquia por un monto de $5.000, que para afrontarlos el Consejo resolvió hacer un aporte de $250 por integrante.

Todo lo mencionado anteriormente fue lo que venimos atravesando económica y materialmente,  aunque aún queda mucho por hacer y mejorar en nuestro querido Terruño. Pero no nos podemos olvidar la parte más importante: el sentido de pertenencia que le tenemos y el afecto como nuestro hogar. Y acá es donde me quiero detener y preguntar ¿realmente sentimos al Terruño como nuestro hogar? ¿Hacemos algo por él, ya que en este momento es el lugar donde se ha establecido el Movimiento de Schoenstatt en Montevideo, su cara visible? Entiendo que como familia estas preguntas, y alguna otra, nos deben  animar a un compromiso mayor para mostrar la grandeza del Carisma y Misión que hemos recibido.

Agregamos un informe detallado de los acontecimientos que han marcado la corta historia de nuestro Terruño.

Los invito a una reflexión personal

Martín

 

EL TERRUÑO EN PANDEMIA

Era un 12 de septiembre del 2020, habíamos festejado los 70 años de la Campaña de la Virgen Peregrina con una hermosa jornada y Misa en la iglesia de Lourdes.

De regreso al Terruño a dejar algunas cosas me encontré con la sorpresa que habíamos tenido visitas; pero no de esas visitas gratas. Habían entrado ladrones.

Mucho desorden; cosas tiradas en todos lados y en todos los pisos.

En el cuartito donde la Campaña guardaba cosas bajo llave de un candado, el cual fue destrozado a la fuerza, dejando mucho desorden. Al principio no me di cuenta de lo que se habían llevado.

Después supimos que se habían llevado el equipo de audio grande que teníamos para las actividades, una cafetera, platos, vasos y alguna cosa más que teníamos de donaciones para los bingos.

Supusimos que habían entrado por la puerta de la Capilla o por la terraza que estaban abiertas porque justo fue el tiempo en que estaban reformando el templo de La Basílica y circulaban obreros por allí y habrían dejado abierto.
De inmediato di aviso al Consejo por lo sucedido enviando fotos y audios.
Un momento muy triste que da mucha bronca e impotencia pero llevada a la meditación pensando “¿Qué querrá decirnos la Mater con estos episodios?”.

Al otro día la Familia se puso las pilas y empezamos a organizar jornadas de limpieza. Se organizó que cada día para que integrantes de cada Rama se encargaran de los distintos pisos, para ordenar y limpiar.

La Familia trabajó a full, con Juan Antonio fuimos un sábado a arreglar la puerta donde guardaba las cosas la Campaña. Reforzamos dicha puerta con varillas de metal del lado de adentro y se pusieron 2 cerrojos. Quedó más seguro.

Al 18 de septiembre el Terruño ya era otra cosa, con la colaboración de toda la Familia quedó todo prolijamente arreglado.

El 8 de octubre del 2020 tuvimos reunión de Consejo, en donde y dentro de otras cosas nos informaron que se había roto un caño en la azotea, el cual producía humedad lindera al padrón del Terruño, provocando estragos en paredes de los vecinos del edificio de al lado.

Al 10 de octubre la Campaña logró juntar el dinero con la colaboración del misionado y se compró un nuevo equipo de audio y solventar los gastos para asegurar la puerta.

Cuando pensamos que todo estaba regresando a la normalidad, el 14 de octubre me avisa Rossana (la muchacha que cuida la Basílica), que habían entrado nuevamente ladrones y que estaba todo revuelto.

Tito y la Hermana se hicieron presentes en el lugar, esta vez, habían entrado por la puerta principal rompiendo las cerraduras y destrozando el marco.

A simple vista se habían llevado una garrafa de 13 kg y un candelabro grande. Se hace la denuncia a la seccional de policía.

Dos robos en poco tiempo. ¿Qué nos está pidiendo la Mater?

Llegamos al 18 de octubre, se celebra Misa en la Basilica con toda la Familia.

El 22 de octubre Martín nos cuenta que un grupo de madres habían hecho una donación de dinero para comprar cosas para el Terruño, junto con Lu, compraron artículos para el baño, la cocina y algunos artefactos de luces.

Al 5 de noviembre se marca una nueva reunión de Consejo en el que se trata dentro de otras cosas, la bendición del Terruño, a cargo de nuestro Cardenal Daniel Sturla, que luego queda suspendida por la pandemia para otra oportunidad.

También se habla de la colocación de una reja en la puerta principal, que tampoco se aprobó.

Se trató nuevamente el tema de la humedad de los vecinos y que teníamos la intimación de un cedulón para solucionar pronto el problema.

Pero teníamos el problema de que no teníamos fondo para solventar los gastos que se nos venían.

Por otro lado, después de deliberar, y conversar el arreglo de la azotea, se llegó a un acuerdo con la Curia, que el Movimiento haría una colaboración de dinero para ayudar con el pago de los gastos.
Surgió la idea de hacer una rifa para recaudar dinero.

Estamos a 1ro de diciembre de 2020, y por las medidas de gobierno por la pandemia, se suspende la bendición del Terruño, las Misas y todas las actividades presenciales.

Surgen muchos comentarios.

¿Será que la Mater no quiere este lugar como su casa?

Se marcó el sorteo de la rifa para el 8 de diciembre.

El 6 de diciembre de 2020 la hermana Mariela informa que llegando a la Misa de la Basilica, pasando por la puerta de Terruño, se encontró que estaban el candado y el marco destrozado.

Uy, otra vez intentaron entrar, pero no lo lograron.

Con Juan nos pusimos en campaña de comprar cerraduras nuevas y varillas para fortalecer el marco de la puerta, trabajo que hicimos después de que el Consejo lo aprobara.

Volviendo a las rifas, se recaudaron $112.500. Todo un éxito.

Lo que nos dio para colaborar con los gastos de la azotea y guardar dinero para  gastos futuros.

Un gran esfuerzo y colaboración de toda la Familia.

A todo esto ya se nos vino el cierre del año, que se hizo Misa virtual a cargo del P. Tommy, el día 20 de diciembre.

El 2020 fue un año muy particular y negativo para nuestro Terruño. Tres robos seguidos, sin actividades presenciales, sin visita de la Familia, rotura de cañerías y humedades nuevas.

 

Llegó el 2021 con muchas ganas de que sucedieran cosas nuevas para la casa de la Mater.

Se marcó para el 20 de febrero la primera reunión de Consejo por zoom, porque seguimos con restricciones por la pandemia.

En la Basílica hubo cambio de Párrocos, se fue el P. Pablo Coimbra y vino el P. Guillermo Porras, al cual le pedimos una reunión para informarle cómo funcionaba el Terruño.

En esa reunión estábamos: Tito, Gabi, Juan Antonio y yo.

He aquí que tuvimos la primera manifestación de la Mater, de la nada surgió el tema del retablo que teníamos en custodia en Lourdes. El P. Guillermo nos dice ¿Por qué no traerlo para la Capilla de la Basílica que está recién pintada y transformar ese lugar en un lugar de oración para la Familia?

Como se imaginarán nuestros rostros se transformaron de alegría, tendríamos un Santuario Parroquial, un lugar de gracia para ir a conversar con la Mater.

Tendríamos en la Capilla el altar del futuro Santuario de Montevideo.

18 de marzo, día de Alianza, maratón de rosarios y Misa virtual.

Nos pusimos a organizar el traslado del retablo.

Llegó el gran día el 20 de marzo con la colaboración de Martín, Tato, Angie, Alfred, Tito, Gabi, Juan Antonio y yo, fuimos a Lourdes a desarmar el retablo y trasladarlo a la Basílica, todo una bendición y emoción.

En la Capilla nos esperaban Toni y Ele, y más tarde llegó la Hermana Mariela.

El P. Tommy también se hizo presente con mensajitos, expresando su alegría y las ganas de estar allí con nosotros en ese momento.

Llegó el 18 de abril, hicimos el primer rosario de luz en la Capilla de la Basilica frente al altar de la Mater, y luego nos unimos a la Misa que dio el P. Guillermo en el templo. Transmitimos todo por YouTube para toda la Familia.

A la fecha nos queda mucho por hacer, limpieza general del Terruño, colocación de los aparatos que compraron los chicos para el baño, la cocina y los artefactos de luz.

También pintar en los lugares que manchó la humedad y la pared de la entrada principal que vándalos pintaron con grafitis muy feos.

Para variar tuvimos la ruptura de la bomba de agua de la cual se tuvo que comprar una nueva que después de unas semanas  de idas y venidas, quedó funcionando.

Espero con muchas ganas que pronto se retomen las actividades para poder darle vida a nuestro Terruño y a la Capilla que se nos concedió con mucha alegría.

Néstor

 

 

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