Carta de la Hermana Mariela
Querida Familia:
Estamos iniciando este tiempo de gracias tan especial que la Iglesia nos ofrece para renovarnos en el primer amor de católicos. Un tiempo para volver a nuestras raíces y desde allí volver a orientar el sentido de nuestra vida hacia el encuentro más íntimo y personal con Jesús y a través de Él con el Padre eterno.
Con el inicio de la Cuaresma, también comienzan poco a poco las actividades en nuestra Familia de Schoenstatt. Nos espera un año con muchas incógnitas y con muchas certezas.
No sabemos cómo se desarrollará este año, desde el punto de vista de la Pandemia que venimos viviendo desde el año pasado. No sabemos si las vacunas serán una solución. No sabemos si nos contagiaremos…
Tampoco sabemos cómo seguirá este tiempo de acusaciones y calumnias que se han lanzado sobre nuestro Padre y Fundador. La nueva Comisión histórica que ha conformado la Diócesis de Tréveris ya está en marcha pero no sabemos cuánto tiempo le llevará ese trabajo, hasta poder mostrar la verdad.
Pero más allá de todas estas incógnitas e incertidumbres, tenemos las más contundentes certezas:
DIOS ES PADRE, DIOS ES BUENO, BUENO ES TODO LO QUE ÉL HACE.
NADA SUCEDE POR CASUALIDAD, TODO VIENE DEL AMOR DE DIOS. (JK)
No necesitamos preocuparnos ni angustiarnos porque el Padre lleno de amor y misericordia, que nos ha llamado a la vida personalmente y que también llamó a la vida a nuestra Familia de Schoenstatt, nos conduce hacia nuestra felicidad y plenitud.
También tenemos incógnitas y certezas como Familia de Schoenstatt de Montevideo.
Anhelamos tener un Santuario que nos posibilite posicionarnos ante la Iglesia y la sociedad de Montevideo y regalar esa fuente de gracias a todo aquél que necesite y busque una experiencia auténtica de Dios y de María.
¡Esta es nuestra certeza!
Pero también nos presenta incógnitas: ¿Por qué no lo hemos logrado aún después de tantos años de anhelos? ¿Por qué no tenemos un fondo económico que haría posible comprar, si apareciera ahora una oportunidad buena? ¿Por qué no tenemos algún terreno a la vista que nos parezca interesante para nuestro anhelo de Santuario?
Les quisiera dejar esta reflexión, para que desde ella, le preguntemos a la Mater qué espera de nosotros, de cada uno y de todos, como Familia.
Y una nueva incógnita: ¿no será éste 2021, el año de nuestro Santuario o por lo menos de nuestro terreno para construir el Santuario?
Podríamos remitirnos un poco egoístamente a la frase … “Nada sucede por casualidad, todo viene del amor de Dios”. Pero también sabemos que la Mater no obra a través de milagros extraordinarios exteriores, sino que utiliza a sus hijos y aliados para llevar adelante la misión.
En este año de San José, pidámosle a él que nos ayude a encontrar el lugar para nuestro futuro Santuario. Que nos ayude también a encender nuestro corazón para lanzarnos a la mar, lanzarnos a buscar la nueva orilla y allí quemar las naves para construir Schoenstatt para nuestra Patria.
En este día de Alianza, la Mater espera nuestro Nada sin ti, nada sin nosotros.
Confiando en nuestra Alianza, iniciamos este nuevo año de actividades como Familia.
Hna. Mariela
Comments are closed, but trackbacks and pingbacks are open.