Carta de la Hermana Mariela
Querida Familia:
Estamos viviendo el tiempo pascual en tiempo de Pandemia. Tal vez en el día a día está más presente la pandemia que la experiencia de Cristo Resucitado que con su muerte nos libró de la muerte definitiva. Él nos regaló una vida nueva, por la cual no morimos sino que por nuestra muerte comenzamos a vivir la vida en el cielo, en la presencia plena de Dios.
Tenemos la enorme tarea de anunciar esta realidad a tantas personas que en estos días están enfrentados a la muerte personal o de seres queridos. Tenemos que regalar el tesoro de nuestra fe que nos permite vivir todas las situaciones de nuestra vida sostenidos por la certeza de que tenemos un Padre con un corazón lleno de amor y de misericordia.
¿Somos capaces de decir a los que nos rodean: hay alguien que te ama más que todos? Hay alguien que te quiere regalar su amor y sólo espera que lo mires y le abras tu corazón.
Esa fue la tarea de Jesús en la tierra: anunciar a su Padre, anunciarnos que “Dios es amor”. Y es amor para todos, no sólo para los que van a la Iglesia. Por eso Jesús murió y resucitó; para abrirnos el camino y que podamos encontrarnos con su Padre.
Esa es la tarea de la Mater desde el Santuario. Por la Alianza de Amor enseñarnos a amar, a creer en el amor, a entregarnos con total confianza a ese Dios que es amor.
¿No podríamos anunciar esta verdad a alguien cada día?
Hna. Mariela
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