Carta de la Hna. Mariela para la Familia
Comenzamos un nuevo año de trabajo como Familia
Año de los 80 años del Santuario – el primer Santuario filial
Año de la beatificación del primer obispo uruguayo. Y podremos vivir la celebración en nuestro país.
Para la fiesta del Santuario del año pasado, formulamos un lema que puede iluminar todo este año: “En Familia caminamos hacia los 80 años del Santuario”.
Sí, hace 82 años las hermanas que vivían en Uruguay (Nueva Helvecia, Cardona y Salto) decidieron emprender la construcción de un Santuario filial de Schoenstatt. Muchas veces aclaraban: “no fue por nostalgia que tomamos esta decisión, sino por conciencia apostólica”. El P. Fundador las había enviado para fundar Schoenstatt y ellas constataban que no era posible una captación cabal de la espiritualidad, sin tener la experiencia del Santuario. Una de ellas relata: “Pronto nos dimos cuenta de que era prácticamente imposible: teníamos una gran foto del interior del Santuario Original (hoy está en el oratorio del Padre, en Nueva Helvecia), también una ermita con la imagen de la MTA, pero nada de esto podía suplir la experiencia del Santuario”.
Así Dios utilizó a estas hermanas como pequeños instrumentos para iniciar una corriente de gracias que permitió el desarrollo internacional de Schoenstatt. El mismo P. Kentenich luego lo dijo muchas veces en Argentina, ante la dificultad para conseguir un terreno para el Santuario: “Sin el Santuario no puedo hacer nada para el desarrollo del Movimiento”.
Como Familia viviremos este año un aniversario importante de este Santuario. Y podemos afirmar con orgullo y humildad: “Desde aquí, tu Santuario en todo el mundo”. Poseemos un tesoro de un valor histórico extraordinario para toda la Obra de Schoenstatt.
Así como fue cuna y fuente para el desarrollo de Schoenstatt en todo el mundo, quisiéramos que lo sea para nuestro País. Que desde allí salgan muchas semillas para fundar Schoenstatt en cada departamento de nuestra Patria, en cada diócesis. Y que también nuestra Madre nos regale el lugar donde podamos construir un Santuario en Montevideo.
La beatificación de Mons. Jacinto Vera ilumina este camino. Un hombre que entregó su vida para llevar la fe a toda la Patria. Tres veces recorrió el territorio nacional misionando en cada pueblo. No ahorró fuerzas ni tiempo para anunciar a Cristo y regalarle a nuestro pueblo la experiencia del amor de Dios que se acerca a cada hijo para salvarlo, para iluminarlo…
La Iglesia ha reconocido oficialmente su santidad y aprobado un milagro realizado por su intercesión. Él es para nosotros un llamado a ser misioneros y llevar a nuestra Madre para que profundice en nuestro pueblo la fe en Cristo y el arraigo en los valores cristianos.
A la luz de estos 2 acontecimientos podemos preguntarnos: ¿Qué me pide la Mater en este año? ¿Qué le puedo regalar yo?
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