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Carta del P. Catoggio

Carta del P. Catoggio

SCHOENSTATT INTERNATIONAL
GENERALPRÄSIDIUM
P. Juan Pablo Catoggio – Vorsitzende

LA ALIANZA DE AMOR EN TIEMPOS DEL CORONA VIRUS

Querida Familia de Schoenstatt,
Estamos atravesando una grave crisis de la pandemia del coronavirus. En Europa es en este momento el epicentro, si bien afecta ya a todo el mundo, y todos los gobiernos e instituciones han tomado drásticas medidas para frenar todo lo posible el avance de la epidemia. En Italia antes, ahora también en Alemania se cerraron todas las escuelas y universidades. Las Iglesias han suspendido las misas y toda reunión o actividad. Es una situación seria, no tanto por la gravedad del virus – que afecta especialmente a personas ya enfermas o débiles por edad, pero no es tan grave en otras personas si se detecta a tiempo -, sino por la expansión acelerada del virus que lleva al colapso del sistema sanitario, que no está preparado para un fenómeno tan masivo y tan rápido.
Nos toca vivir esto en tiempo de cuaresma, en tiempo de conversión a través de la oración, la penitencia, el sacrificio voluntario en forma de ayuno o de otras renuncias. Sobre todo, tiempo de oración, tiempo de Dios.
Queridos hermanos, quisiera proponerles que tomemos este tiempo como un desafío espiritual en nuestra vida de Alianza:

Tiempo de oración unos por otros y por todo el mundo

1. Muchas actividades se suspenden. Aprovechemos para rezar más y cultivar nuestra vida interior. Dios se vale de todo y aún de las realidades más duras para nuestro propio bien y el bien de todos. El P. Kentenich interpretó audazmente la misma guerra como un gran retiro que Dios predicó a Europa. ¿No podemos ver en esta emergencia internacional por la pandemia del covid-19 que Dios nos invita a un gran “retiro de cuaresma”? Crecer en la entrega, en la confianza serena y responsable en los planes del Dios providente, ahora tenemos la oportunidad de hacer buen uso del tiempo cuando no podemos realizar actividades hacia afuera. En todos lados la Iglesia ofrece servicios religiosos por internet y nos propone unirnos espiritualmente (lecturas del día, comunión espiritual, meditación, rosario). El mismo Papa y muchos obispos han preparado diversas oraciones para estos tiempos de necesidad. El Santuario Original de Schoenstatt ofrece diariamente la celebración de la misa en varios idiomas que se puede seguir on line (www.urheiligtum.de). La consigna de varios países: “quédate en casa” – #YoMeQuedoEnCasa – es un desafío a cultivar más fuerte y más creativamente la vida familiar, el diálogo, el cuidado de nuestros seres queridos, el juego con nuestros niños, llamar a amigos, y también a dar nueva vida a nuestro Santuario del Hogar.

Tiempo de solidaridad y de cercanía afectiva

2. Es también un tiempo de solidaridad, con los que están cerca y con los que están lejos. Especialmente con los que de una forma u otra están más directamente afectados por el coronavirus. Los que se han contagiado y las muchísimas personas que se exponen y están a su servicio permanentemente. No dejemos de rezar por ellos. Aunque estemos encerrados en casa, nada nos impide rezar, amar y ofrecer. Quizá tengamos más oportunidad que nunca. Recordemos que no han mayor “acción apostólica” que ofrecer
nuestras contribuciones al Capital de Gracias. Sabemos que la Mater multiplica y distribuye estos dones desde sus Santuarios (Santuario original, Santuarios filiales, Santuarios hogares) en forma de gracias a todos los que las necesitan. Aunque debamos guardar distancia física, estamos llamados a una cercanía y solidaridad interiores más grande. Y naturalmente, donde se solicite nuestra asistencia directa para enfermos y personas directamente afectadas, como profesionales de la salud o sacerdotes, o desde el lugar de cada uno, estemos totalmente a disposición.

Tiempo de confianza: “¡Sin angustia, pero preocúpense!” (PK)

3. Debemos tomar las medidas que cada gobierno y cada Iglesia local decida, con seriedad y responsabilidad. Sin dramatismo, pero con mucha seriedad y responsabilidad. El P. Kentenich nos enseñó muchas veces: “¡Sin angustia, pero preocúpense!”. La confianza debe ir de la mano de la inteligencia y prudencia. Es mejor que más adelante podamos decir: quizá fue un poco exagerado y no que lamentemos: si hubiéramos sabido. Hoy sabemos, acatemos las medidas de seguridad. Y podemos ayudar a muchos a tomar en serio estas medidas y prevenir una mayor expansión, a la vez, podemos acompañar y ayudar a muchos a mantener la serenidad y la calma. También éste es un apostolado en estos momentos.

En estos días celebramos nuestro día de Alianza, luego la fiesta de San José y poco más tarde la fiesta de la Anunciación. Tenemos varias oportunidades de estar unidos en la oración. La Iglesia propone en diversos lados otras posibilidades. Aprovechémoslas.

Rezamos con el P. Kentenich a nuestra Mater: “Como tu Hijo, que durante su vida terrena saciaba el hambre y traía consuelo y salud a los enfermos, así con Él pasa ahora entre nosotros bendiciendo en silencio, para darnos el inmenso poder de tus manos de madre” (HP p. 163).

Queridos hermanas y hermanos en la Alianza, esta es la Pasión de Jesús que nos toca acompañar particularmente este año. Como María los acompañamos al pie de la Cruz.

En nombre de la Presidencia Internacional de la Obra de Schoenstatt,

P. Juan Pablo Catoggio
Schoenstatt, 16 de marzo de 2020

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