Carta del P. Tommy a la Familia

Querida Familia,

El Padre Kentenich afirmaba que cada generación tenía que refundar Schoenstatt. Él entendía este “refundar” en un sentido amplio del término. La idea era: “no caer en la tentación de quienes, tras haber recogido los frutos de lo que aconteciera en el pasado, se arrellenan cómodamente en sus sillones, o bien, tras haber conquistado exitosamente tal y cual lugar, se duermen en los laureles” (P. Kentenich a los Sacerdotes Diocesanos, 1967).

Esto es fundamental para todas las comunidades, pero mucho más para quienes queremos vivir de la Fe Práctica en la Divina Providencia. Esta forma de vivir la fe sostiene que, aunque Cristo es el mismo “ayer, hoy y siempre”, el Espíritu Santo va suscitando nuevas iniciativas, nuevos proyectos, nuevas formas de vivir como católicos y como Iglesia. En este sentido, ser fiel al carisma del Padre Kentenich no significa repetir textualmente lo que dijo e hizo, sino saber interpretarlo e iluminarlo a la luz del mundo de hoy. El mismo padre lo afirmaba al decir “la mano en el pulso del tiempo y el oído en el corazón de Dios”.

Es tarea de toda la Familia buscar las “puertas abiertas”, en base a los principios que el fundador nos dejó, pero con nuevo dinamismo y movilidad. En 1955, el P. Kentenich le escribía al P. Menningen: “Permíteme llamarte de nuevo la atención sobre la cantidad de fuentes que, a diestra y siniestra, manan en abundancia a la vera de nuestro camino. No las perdamos de vista. Aprendamos de ellas, dejémonos estimular y motivar por todas ellas”.

En este sentido, este año la Mater nos sacudió como Familia. Después de estar varios años cómodamente instalados en la sede de Av. de las Américas, de repente nos quedamos sin lugar. Fue Ella, estoy convencido, quien nos guió hasta nuestro nuevo hogar en el campanario de la Basílica de nuestra Señora del Carmen. Una sede nueva, muy lejos de la anterior, en el centro de Montevideo. Fue parte de su plan de renovación, de refundación. Los que conocieron el antes y el después del campanario, dan fe de lo real que es esta “renovación”. ¡Qué lindo fue ver las fotos de la procesión y Misa de Corpus Christi a pasos de nuestra sede! ¡Qué lindo fue ver a la Mater presente allí y el cartel que decía “Movimiento Apostólico de Schoenstatt”!

Junto con la nueva sede, la Mater nos invita a nuevos desafíos, en la línea del “Schoenstatt en salida”. Es un nuevo campo para el apostolado, entregando nuestro carisma, pero también apoyando al nuevo párroco. Muchísimas personas pasan por ese lugar y observan el cuadro de la Mater. Estamos a pasos del Palacio Legislativo, del Colegio y Liceo Sagrada Familia, y enfrente al Instituto de Profesores Artigas. “Ella es la gran misionera, Ella obrará milagros”. Nosotros somos instrumentos en sus manos.

Muchos dirán que está muy lejos, que es muy difícil. Pero Provi comenzó con mucho menos y mucho más lejos y hoy es un ejemplo modelo de nuestro carisma al servicio del apostolado y de la solidaridad. ¡Demasiados son los signos de la Mater para no entusiasmarnos con esta nueva aventura! Son grandes tareas sobre débiles hombros, ¡pero son hombros de Aliados! Nada sin Ella, nada sin nosotros.

¡Bendiciones! Un saludo afectuoso en Cristo y María

P. Tommy Nin Mitchell