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¿Qué podemos hacer para cambiar la realidad?

¿Qué podemos hacer para cambiar la realidad?

El jueves 7 de octubre 2021 tuvimos la valiosa oportunidad de recibir un enriquecedor taller por Zoom de la Hermana Mariela, cuyo tema fue «¿Qué podemos hacer para cambiar la realidad?».

Primero nos pregunta si es necesario cambiar, qué, y dónde, porque en Schoenstatt hemos sido llamadas a colaborar con Dios en su obra redentora.

«Nada sin Tí, nada sin nosotras»… Nada podemos hacer por nuestra cuenta individualmente, sino en colaboración con la Mater y con otras personas. Dios espera la colaboración humana,  Él así lo quiere, y para ello nos dejó la libertad.

Esta redención comienza con el «sí» de María, y continúa con todos sus gestos y actos para colaborar en la misión de Jesús, incluso en el vía crucis del calvario.

Esto nos lleva al concepto de «capital de gracias», que consiste en la colaboración humana para la realización del plan de Dios y su obra redentora, que inicia con Jesús y debe continuarse en el tiempo. Se habla de capital porque Jesús en las parábolas y en sus enseñanzas también utiliza ese lenguaje para hacerse entender.

«Capital» es «riqueza que engendra riqueza», trabajar la riqueza que uno tiene, para que aumente, y esto implica un ahorro para lograr tener una buena cantidad que nos permita hacer frente a proyectos que tenemos por delante. Nuestro gran proyecto de Schoenstatt es movilizar el mundo desde el amor de Dios, transformarlo.

«Gracia» es un don sobrenatural, que nos hacer participar de la divinidad de Dios. La recibimos en el Bautismo y podemos hacerla crecer trabajándola y desarrollándola hasta llegar a la santidad. Jesús nos consiguió y mereció la Gracia, para eso vino, para regalarnos esa vida divina que perdimos por el pecado original, y restablecer el orden original pensado por Dios.

Jesús consiguió con su muerte todas las gracias que necesitan todos los seres humanos hasta el fin de los tiempos para ser salvados. Todos tenemos derecho a recibir gratis la Gracia de Dios, pero no todos quieren recibirla, ni están abiertos, o no conocen su valor. Como decía San Agustín: «Aquel que te creó sin tí, no te redimirá sin tí».

«Objetivamente» todos estamos redimidos, pero «subjetivamente» sólo si nos abrimos podemos recibir la Gracia. Y éste es nuestro gran desafío: colaborar a que otros la conozcan.

¿Y qué es el Capital de Gracias? Todos los aportes que ofrecemos: las obras buenas, o sea toda acción que realicemos con recta intención, y que sabemos que es «querida por Dios», que producirá efectos de «santificación», «intercesión» y «reparación» para nuestro crecimiento y el de los demás en la vida de la Gracia. Ofrecemos para que la Mater tenga un capital cada vez más grande para regalar a tantas personas que necesitan.

Nosotros aportamos al Capital de Gracias, pero la Gracia sigue siendo gratuita. Con el aporte ofrecemos nuestra disposición a recibir la Gracia, o a que otros la reciban.

La Gracia es como el agua que «está» en la cañería, pero para que  fluya y pueda llegar a la persona concreta, alguien tiene que abrir la canilla. Quien hace una obra buena y la ofrece, con ese gesto está abriendo la posibilidad para que la Gracia fluya con la fuerza que responda a la necesidad de quien está ahí para recibirla.

Cuando hablamos de Capital de Gracias entonces, nos referimos a la acción humana que posibilita que la Gracia fluya. Es el «Nada sin Tí, nada sin nosotros». A esto nos invita la Mater en la Alianza: a colaborar para la renovación del mundo a través de personas renovadas que se entreguen y estén dispuestas a ser instrumentos en sus manos. Ella cuenta con ese gran Capital de Gracias para regalar desde el Santuario, y lo pone en nuestras manos para que, habiendo recibido la Gracia de la transformación interior, salgamos al mundo donde nos movemos y a través de nuestro testimonio otros vean fructificar los efectos de esa Gracia. En esta oración del Padre Kentenich, de «Hacia el Padre», se resume el objetivo:

«OFRECIMIENTO

Cuanto llevo conmigo,

lo que soporto,

lo que hablo y lo que arriesgo,

lo que pienso y lo que amo,

los méritos que obtengo,

lo que voy guiando y conquistando,

lo que me hace sufrir,

lo que me alegra, cuanto soy y cuanto tengo

te lo entrego como un regalo de amor

a la fuente santa de gracias,

que desde el Santuario brota cristalina,

para penetrar el alma

de quienes a Schoenstatt han dado su corazón,

y encaminar bondadosamente hasta allí

a los que, por misericordia, tú quieras escoger;

y para que fructifiquen las obras

que consagramos a la Santísima Trinidad.»

Sandra Zannier

 

«Nada sin ti, nada sin nosotros».

Ni Dios, ni la Virgen María quieren hacer algo sin nuestra colaboración.

Por algo Dios creó al mundo para el ser humano y le dio la libertad de escoger su propio camino.

Pero al mismo tiempo debemos ser conscientes que para recibir las gracias de Dios debemos abrir nuestros corazones y almas para que el Espíritu Santo pueda entrar, iluminarnos y entender primero cada don para después poder utilizarlo a nuestro favor y de los demás.

En el momento que hicimos la Alianza de Amor con la Mater nos entregamos en cuerpo y alma para que Ella nos utilice como instrumentos para el bien de todos.

Debemos pensar qué tipo de renovación queremos hoy.

Personalmente me parece que lo mejor es empezar en nuestras familias. Explicando lo que es la Alianza de Amor, lo que significa el Santuario, lo que es el capital de gracias y por supuesto contar sobre nuestro fundador el P. Kentenich.

Y así hacer crecer un interés, un querer saber más.

A través del capital de gracias, nuestra Mater actúa.

En él ponemos nuestras alegrías, tristezas, problemas, pedimos gracias para otras personas, agradecemos las gracias alcanzadas, también a través de grandes o pequeñas obras que hemos ofrecido como capital de gracias la Mater distribuye sus Gracias y podemos obtener lo que pedimos y sea bueno para nosotros.

Llevar este mensaje de amor que nuestra Mater nos da día a día con su cuidado, respuesta y gracias hacia nosotros, a las personas que no conocen Schoenstatt es una forma de evangelizar, una de las cosas que nos pide Jesús.

Tratar de que la Familia de Schoenstatt crezca cada día más. Que la FE en la Santísima Trinidad entre en esos corazones vacíos los lleve por un camino hacia la santidad…

Gracias P. Kentenich por haber fundado esta maravilla.

Gracias Dios y Mater por estar en nuestras vidas y permitirnos estar en vuestros corazones.

Betty Schmidt

 

«Aquel que te creó sin tí, no te redimirá sin tí». San Agustín.

La Gracia de Dios se me regala gratuitamente, por haber sido redimidos en Cristo Jesús. Gracias a su Redención cada uno de nosotros podemos colaborar en que la misma alcance a quienes el Espíritu nos anime a interceder. Nuestros aportes al Capital de Gracias serán los regalos que recibirán quienes los necesiten por medio de la intercesión de nuestra Mater.

«Nada sin tí, nada sin nosotros» PJK

Mónica Gómez

 

Para las que deseen ver el Taller, clic aquí

 

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