Saludo de la Hna. Mariela
Mi querida Familia!
Estamos viviendo el tiempo Pascual; hemos vivido la Semana Santa y acompañamos a Jesús en su camino de dolor y de muerte y ahora experimentamos la alegría de la Resurrección.
Cristo ha entregado todo, hasta su propia vida, para rescatarnos del pecado y de la muerte, regalarnos la vida de la gracia y hacernos hijos del Padre.
Esto es maravilloso! Qué sería de cada uno de nosotros si no hubiésemos recibido el bautismo, si no hubiésemos recibido la vida de la gracia.
Ese amor, en este tiempo se nos manifiesta en forma especial en la sede que podremos ocupar en la Parroquia “Basílica Menor de Nuestra Señora del Carmen”. Ese lugar se hará nuestro hogar, se hará el centro de nuestras actividades y de nuestros encuentros como Familia.
Por eso este tiempo pascual es también un tiempo de gratitud porque la bondad de Dios Padre y de nuestra Madre nos muestran su cercanía, su preocupación palpable en la conducción como Familia. Desde allí seguiremos encaminándonos hacia nuestro futuro Santuario.
Esta oración que se hizo en relación al Santuario del Hogar, hoy la podemos aplicar a nuestra Sede, ya que deseamos se convierta en el hogar de la Familia. Los desafíos que nos presenta esta oración son los desafíos de hacer de ese lugar que se nos ofrece, un Santuario del Hogar de nuestra Familia, anticipo del Santuario definitivo.
El Santuario se hace
donde se sacrifica y ama!
El Santuario se hace
donde uno mismo se da!
El Santuario se hace
donde se ruega e implora!
El Santuario se hace
donde se ama la oración!
El Santuario se hace
donde se encuentra a Dios!
El Santuario se hace
donde se bendice a los demás!
El Santuario se hace
donde se abre el corazón!
El Santuario se hace
donde se acepta el dolor!
El Santuario se hace
donde se confía con fe!
El Santuario se hace
donde se contempla a Dios!
El Santuario se hace
donde se arrodilla arrepentido!
El Santuario se hace
donde se agradece por medio de la fidelidad!
Que la alegría de nuestra Madre por la Resurrección de su Hijo, nos llene el corazón y podamos regalar esa alegría a todas las personas que se encuentren con nosotros.
Hna. Mariela
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