Retiro: Presencia de Dios
El martes 26 de noviembre tuvimos el Retiro mensual con el P. Valentín Goldie en nuestra Sede de Montevideo.
En 1939 la Familia celebraba los 25 años de vida. Durante ese tiempo Schoenstatt se desarrolló tanto en profundidad como en amplitud: la semilla había caído en tierra fecunda. La Sma. Virgen se había establecido verdaderamente en el terruño de Schoenstatt y desde allí, había obrado milagros de gracia. A partir del pequeño grupo de estudiantes surgió un Movimiento que abarcaba laicos, hombres y mujeres de todos los estados; un Instituto Secular, las Hermanas Marianas; un fuerte movimiento de teólogos y sacerdotes. Nuevas casas de formación se erguían en torno al Santuario. Schoenstatt se había expandido más allá de los límites de Alemania, hacia otros países de Europa, África y América.
Sin embargo la vida y las ideas del Movimiento habían suscitado polémica en los círculos católicos alemanes. Esto fue motivo para mayor claridad y afianzamiento en la misión propia. Por otra parte la sombra del nazismo se cernía sobre Alemania y Schoenstatt.
Mientras el Nacional Socialismo buscaba instalar su reino, la Sma. Virgen aseguraba el suyo y lo disponía para la lucha. En Alemania había dos focos de resistencia, la diócesis de Münster y Schoenstatt.
En abril de 1939, el Seminario Mayor de los Padres Palotinos en Schoenstatt era requisado por la Gestapo y transformado en una escuela nazista.
En cada Rama la MTA fue despertando una mayor entrega. Fue así como el 31 de mayo las Hermanas formaron un círculo vivo alrededor del Santuario: el Santuario debía ser defendido con sus vidas antes de que pasara al poder de los nazis. En setiembre estalló la Segunda Guerra Mundial.
Desde Suiza, donde se encontraba temporalmente el P. Kentenich, escribió las “Palabras de Oportunidad”, llamadas luego “Segunda Acta de Fundación”. Los miembros del Movimiento querían profundizar la Alianza del 18 de Octubre de 1914 sellándola ahora en el espíritu del Poder en Blanco, viviendo de la fe en la misión divina y la conciencia de ser instrumentos de Dios, conservando el carácter marcadamente mariano de nuestra Familia y la vinculación al Santuario. Las Hermanas obsequian la primera corona para nuestra Madre y Reina de Schoenstatt en nombre de toda la Familia.
Dios gobierna el mundo por medio de causas segundas. Nuestro amor y afecto a las creaturas es para Dios. El Dios infinitamente bondadoso creó a la Sma. Virgen un ser a quien hizo participar sobreabundantemente de sus propias cualidades. El quiere y desea que nos sirvamos de María como un santo vínculo al cual nos unamos íntimamente para ser elevados, junto con Ella, hasta su propio corazón.
Él les transfiere a sus creaturas algunas de sus propiedades. El hombre reconoce en otros hombres, cualidades de Dios. Esas personas actúan como intermediarios de Dios. Amando a esas personas estoy amando a Dios. Ese es el organismo de vinculaciones. En el otro reconozco la presencia de Dios, establezco un vínculo religioso, un vínculo sobrenatural.
En el Evangelio Jesús dice: Jn 8,12 Yo soy la Luz del mundo. Y luego en Mt 5,14 Ustedes son la luz del mundo. Cristo transfiere sus cualidades a sus discípulos
En el Antiguo Testamento, en el 1er libro de los Reyes, Capítulo 3 comienza el reinado de Salomón, en los versículos del 4 al 12 habla de la Sabiduría de Dios que se le regala al rey. En el libro de los Proverbios la Sabiduría es atribuida a Salomón.
En el Levítico capítulo 20, versículo 26 dice el Señor: Sólo Yo soy Santo, sed santos porque los he separado para Mí. Dios transfiere al hombre su Luminosidad, su Sabiduría, su Santidad.
Dios me lleva al hombre y el hombre me lleva a Dios. Uno me lleva al Otro.
Tenemos la capacidad de colaborar en su actividad creadora, reconociendo lo que de Dios hay en el otro, alabo y bendigo a Dios.
Seguimos estos dos pasos:
- Hacer memoria de todos los beneficios del Señor a través de otras personas. Buscar rostros concretos donde he encontrado algo divino.
- Considerar y mirar lo que yo hago. Mi trabajo, mis esfuerzos, mi vida familiar. Considerar que Dios quiere actuar a través de mí. Hay algo de Dios que se quiere manifestar a través mío. Preguntárselo a Dios.
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