Celebraciones en Nueva Helvecia
En los meses de julio y agosto el Santuario y el Colegio de Nueva Helvecia fueron protagonistas de varias celebraciones:
- 18 de julio: Día de Alianza
- 14 de agosto: Homenaje a los alumnos por el Día del Niño
- 15 de agosto: Peregrinación por la Solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María
El 18 de julio el Padre Valentín Goldie celebró la Santa Misa en el Santuario en honor de nuestra Mater, Madre del Amor Hermoso, junto a las Hermanas y algunos peregrinos. A continuación, luego de quemar el Capital de Gracias, el Padre bendijo la Ermita restaurada en el Parque del Padre Kentenich.
Celebración del Día del Niño
El personal docente y administrativo del Colegio MTA hizo un homenaje para sus alumnos en el Día del Niño, recibiéndolos el viernes anterior con la fachada del Colegio decorada muy alegremente y con un personaje muy querido recibiéndolos!
Peregrinos al Santuario, crónica de un encuentro con la Mater
El sábado 15 de agosto, solemnidad de la Asunción de María Santísima al Cielo, peregrinamos al primer Santuario filial de la Mater Ter Admirabilis en Nueva Helvecia.
Salimos desde la Parroquia Ntra. Sra. de Lourdes y San Vicente Pallotti de Montevideo, Carlos, Lidia, Gabriela, Tita y el P. Fabián.
Abriendo camino, y preparando todo lo necesario, iban Mirta, Rosario y Rossana, integrantes de la Campaña de la Madre Peregrina.
En el viaje le pedí a Carlos que leyera pasajes del capítulo del libro que escribí años atrás sobre la primera iglesia de Lourdes en América Latina.
En uno de los capítulos, me centré en la presencia del Pater Josef Kentenich en nuestra iglesia y casa de Lourdes.
La crónica de nuestra casa no olvidó que al saber de su llegada a Montevideo fue el P. Vinzenz Khün sac quien avisó a las Hermanas de María que el visitante iba de camino hacia el Santuario. Mientras iba leyendo Carlos, nos admiramos al saber que un 15 de agosto el Padre José Kentenich celebró la santa Misa en nuestra iglesia de Lourdes.
Al llegar al Santuario nos recibieron Mirta, Rosario y Rossana. Pudimos rezar y dejarnos abrazar por la Mater quien nos dona siempre a su Hijo en brazos.
Con tan ilustres guías visitamos la casa del Padre. A los peregrinos que llegaban por primera vez los deslumbró la vida del Padre y su pasaje por nuestro país.
Celebramos la santa Misa y fueron integrándose algunos peregrinos. Los cantos de Rossana y la belleza del Santuario, hablaban de la solemnidad que estábamos celebrando.
Siempre que uno recuerda al Padre comprendemos que su presencia en nuestro país no pasó desapercibida. Así lo recuerdan los diarios y las personas con las que se encontró. Me llama la atención cómo las Hermanas de la Caridad Cristiana fundadas por la beata Madre Paulina von Mallinckodt conservan el purificador que utilizó el Padre en la celebración de la Santa Misa.
Agradecidos y enriquecidos con las gracias que concede la Mater en el Santuario volvimos a casa.
En tiempos de pandemia y de tormentas repetiremos a menudo “Servus Mariae nunquam peribit” («Un siervo de María nunca perecerá»).
Y cuando nos disponíamos a regresar, qué sorpresa agradable, otro sacerdote de Montevideo llegó a encontrarse con la Mater en el Santuario.
Peregrinación, encuentro, oración y regreso a casa, sabiéndonos cobijados, transformados y enviados.
Fabián Silveira sac
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