Miércoles 15 de abril de 2020 – Hora 15 de Uruguay
Canto de inicio
Voz 1
Nos reunimos esta noche en la gran red de Santuarios del hogar.
Como en otras horas difíciles de nuestra Familia y del mundo, respondemos a este desafío acrecentando nuestra confianza en el poder de María. Nuestro “nada sin nosotros” se ha manifestado en el capital de gracias que hicimos este tiempo.
La problemática del corona-virus nos ha llevado a la corona-Mater, a coronarla a ella como Reina de la salud física y espiritual.
Unidos en el Santuario original, los Santuarios filiales y Ermitas nos ponemos en la presencia del Dios Trino y abrimos nuestros corazones para vivir este momento de gracia.
Voz 2. Texto bíblico. Escuchamos del libro de Judith (15,8-10; 16,13-15)
“El sumo sacerdote Joaquím y los ancianos del pueblo de Israel que habitaban en Jerusalén vinieron para contemplar los beneficios con que Dios había colmado a Israel, y también para ver a Judit y saludarla.
Al verla, todos a unas, la elogiaron y le dijeron: “¡Tú eres la gloria de Jerusalén, tú el gran orgullo de Israel, tú el insigne honor de nuestra raza!
Al realizar todo esto con tu propia mano, has hecho un gran bien a Israel, y Dios ha aprobado tu obra. Que el Señor todopoderoso te bendiga para siempre”.
Y todo el pueblo dijo: “¡Amén!”.
Cantaré a mi Dios un canto nuevo: ¡Señor, tú eres grande y glorioso, admirable por tu poder e invencible!
Que te sirvan todas las criaturas, porque tú lo dijiste y fueron hechas, enviaste tu espíritu y él las formó, y nadie puede resistir a tu voz.
Las montañas y las aguas se sacudieron desde sus cimientos, las rocas se derretirán como cera en tu presencia, pero tú siempre te muestras propicio con aquellos que te temen. Al realizar todo esto con tu propia mano, has hecho un gran bien a Israel, y Dios ha aprobado tu obra.”
Es palabra de Dios…
Voz 1 – Reflexión breve
Hemos escuchado la alabanza del pueblo: “¡Tú eres la gloria de Jerusalén, tú el gran orgullo de Israel, tú el insigne honor de nuestra raza!”. Se lo decimos a María: ella es la omnipotencia suplicante a quien coronamos como defensora del pueblo ante el peligro que nos amenazan corporal y espiritualmente.
Voz 2. Texto del P. Kentenich. Dejemos ahora que nuestro Padre Fundador nos motive en esta hora de coronación:
“¿Qué significa, clarifica te? Ella debe glorificarse, mostrar en la práctica el poder que tiene en el Reino de Dios, su influencia en el corazón del Señor y Dios Padre. Su influencia a la hora de resolver los problemas del tiempo actual.
Esto deben aplicarlo a ustedes mismos. También ustedes deben contar con que existe una gran cantidad de dificultades que todavía hay que superar. Cuando todo se enrede: ¡clarifica te! Se trata de tus asuntos. Si tú quieres que el tiempo actual te reconozca como la gran Engendradora de Cristo para el tiempo actual, si lo quieres, ahora tienes la oportunidad. Mucho depende de que tengamos ante ella esa sencilla actitud interior.
Por supuesto, también la otra expresión adquiere una coloración especial: ¡clarifica me! ¿En quién te has de manifestar admirable? En mis dificultades, debes señalarme y documentarme como objeto de tu particular amor. ¡Clarifica me! Tú te glorificas en cuanto me glorificas a mí, en cuanto haces milagros en mí –por decirlo con la antigua expresión–, milagros de orden moral.
(De: Plática para estudiantes de teología, Milwaukee, EEUU 01.01.1963)
Voz 1
En 1945 los aliados sitiaron Coblenza, en las inmediaciones del Santuario Original. Se temía por la destrucción de todo Schoenstatt. Motivado por este hecho, el Padre Fundador compuso el 25 de marzo de ese año la oración “Mantén el alto el cetro”. El cetro es una vara de material noble, insignia propia de la reina en la tradición medioeval. Al entregarle el centro a María, le expresamos nuestra certeza en su Poder de María.
Los invitamos a rezar esta oración cada uno en sus hogares.
Todos
MANTÉN EN ALTO EL CETRO
Mantén en alto el cetro,
Madre, protege a tu tierra de Schoenstatt,
eres allí la única reina;
pon en fuga a todos los enemigos.
Créate allí un paraíso,
mantén encadenado al Dragón.
Mujer vestida de sol, surge esplendorosa
y álzate hacia la altura meridiana.
Desde aquí construye un mundo
que sea grato al Padre,
tal como lo imploró Jesús
con aquella anhelante oración. *
Siempre allí reinen amor
verdad y justicia,
y esa unión que no masifica,
que no conduce al espíritu de esclavo.
Manifiesta tu poder
en la negra noche de tormenta;
conozca el mundo tu acción
y te contemple admirado,
te nombre con amor y se confiese reino tuyo.
Schoenstatt porte valerosamente **
hasta muy lejos tu bandera
y someta victorioso a todos los enemigos;
continúe siendo tu lugar predilecto,
baluarte del espíritu apostólico,
jefe que conduce a la lucha santa,
manantial de santidad en la vida diaria;
fuego del fuego de Cristo,
que flameante esparce centellas luminosas,
basta que el mundo, como un mar de llamas,
se encienda para gloria de la Santísima Trinidad.
Amén.
Voz 2
Los invitamos a que cada uno tenga en sus manos la corona con la cual quiere coronar a la Mater. Si ya la tienen en el cuadro, la miraremos unos instantes. Haciendo una breve pausa…
Sacerdote (o padre-madre de familia)
Entreguémosle a la Mater el capital de gracias que hicimos para esta coronación
(Momento de silencio y entrega del capital de gracias)
Sacerdote (o padre-madre de familia). Rezamos juntos la oración de coronación.
Querida Madre, Reina y Victoriosa tres Veces Admirable de Schoenstatt,
En estos momentos difíciles en que nos enfrentamos
y la crisis que conlleva la epidemia,
venimos a coronarte como “Reina de la salud física y espiritual”.
¡Acepta la corona!
Queremos que el corona-virus se transforme en corona-Mater:
¡Sana nuestras heridas y enfermedades!
¡Cobija nuestros corazones afligidos!
¡Danos luz en medio de la desolación y el desconsuelo!
Como Familia nos comprometemos a transformar nuestros corazones
y en la Alianza que transforma damos nuestro Sí
a lo que el Padre Dios disponga de nosotros.
Gracias por el cobijamiento que nos regalas en nuestros santuarios:
desde ellos salimos al encuentro de los hermanos
para generar una “pandemia de amor” que supera las angustias y las muertes.
Con toda la familia internacional te decimos:
Acepta que te proclamemos Reina del Universo;
enciéndenos en un ardiente amor por ti;
haz que inflamemos al mundo entero en tu servicio,
para que todos los pueblos encuentren el camino seguro hacia la Patria.
Tu santo corazón es para el mundo, el refugio de paz,
el signo de elección y la puerta del cielo.
Madre, glorifícate y acepta la corona de tus hijos. Amén
Sacerdote (o padre-madre de familia)
Con la misma fuerza del primer amor, renovemos juntos nuestra Alianza de Amor con nuestra Madre y Reina: Oh, Señora mía…
Bendición final
“Descienda la bendición de Dios
sobre los consagrados por entero a Schoenstatt,
trayéndoles felicidad y salvación aquí y en la eternidad. Amén.
Para bajar el Rito en formato PDF, haz clic aquí
Sitios para la transmisión en vivo:
http://www.urheiligtum.de
http://urheiligtum.de/ES/10-Servicio/99-Webcam.html
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