Saludo de la Hna Mariela
Querida Familia de Schoenstatt:
Quiero hacerles llegar un saludo en esta fiesta de Pascua en que podemos celebrarla “como antes”, con todas las ceremonias y expresiones.
Les deseo la profunda alegría de saber, que aún en medio de las dificultades, las guerras y sufrimientos, tenemos un punto seguro donde afirmarnos. Aunque las circunstancias que vivimos nos zarandeen, tenemos un lugar seguro, inamovible, fiel: es el corazón traspasado de Jesús, que hoy resplandece por la gloria de la Resurrección.
Nuestra Madre, que pasó la noche oscura de la Pasión de su Hijo y goza de la alegría de la vida plena, nos regale su misma actitud confiada y serena.
Este año celebramos los 75 años de la llegada de nuestro Padre y Fundador por primera vez a Uruguay. El próximo 9 de mayo podremos recordar y celebrar el regalo de que haya llegado a nuestro país, haya andado nuestros caminos, nos haya regalado acontecimientos grandes que dejaron huella profunda para toda la Familia de Schoenstatt internacional.
Somos hijos privilegiados, hijos predilectos. Pero quisiéramos ser también hijos conscientes que lo heredado es misión y tarea.
Estamos transitando tiempos de gracias y nos alegramos de poder vivirlos y nos abrimos a lo que nuestro Fundador, en este tiempo de prueba por las acusaciones, quiera pedirnos.
Los objetivos que elaboró el Consejo de la Familia para este año son compromisos concretos que nos pide el Padre para que podamos abrir caminos de crecimiento y maduración como Familia, en camino al Santuario.
Rezo por sus intenciones y necesidades y le pido a Jesús resucitado que nos regale la alegría profunda de sabernos redimidos, salvados, divinizados!
Feliz Pascua! Hna. Mariela
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